Cómo me gustaría alguna vez tener la certeza que me la tenés jurada. Saber, con calidad notarial, que te estás refiriendo a mi. Que me odiaste, pero que tuviste que perdonarme. Que estás segura que me querés, aunque no te convenga ni un poquito, y que te lamentás de ello.
Quisiera tanto, ser tan tuyo en pensamiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario